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TURISMO DE AVENTURA

La Hora

6 de junio de 2012

Una interesante nota salió en los últimos tiempos en la prensa nacional, la que debe tomarse como una noticia positiva, nos referimos a la inclusión del Ecuador, dentro de los diez primeros destinos de turismo de aventura en el mundo. Comparten la lista, países como Canadá, Noruega, Bhután, Nueva Zelanda, Nepal, Estados Unidos, entre otros.

 

Por supuesto que al Ecuador, como a todos los países nos interesa cultivar ese tipo de información y sobre todo de realidad, considerando que el turismo es una fuente de ingresos importante para el país, ingresos que además suelen repartirse, por la versatilidad de la industria, que paga desde al transportista aéreo, al taxista, al guía turístico, al vendedor de artesanías, al hotelero, al que provee alimentos o servicios para ese turismo de aventura, lo que transforma a esta actividad en una de las más deseables para el país.

 

Desde luego que el turismo de aventura genera réditos, lo importante, para mantener ese posicionamiento, es que el turista se sienta seguro en nuestro medio, porque aún el que busca aventura, quiere hacerlo dentro de los parámetros de seguridad; así, no quiere ser asaltado en la calle, pero tampoco correr riesgos innecesarios, como la turista que recientemente falleció haciendo canoping en una de las zonas dedicadas a este tipo de actividad en el país.

 

Los controles se hacen necesarios, por parte de las autoridades, pero también las autoevaluaciones, los chequeos, los controles propios, ya que nada perjudica más a una actividad de este tipo que el descrédito, que la mala fama, que se extiende de boca en boca y que puede resultar catastrófica para todo un sector. El turista de aventura, por lo general, busca un riesgo controlado, no aquel que ponga en real peligro su vida o su integridad o su bolsillo; de ahí la tan necesaria interrelación, el trabajo conjunto entre el sector público y el privado, lo que puede llevar al éxito o al fracaso a actividades que le generan utilidad y puestos de trabajo al país.

 

Por un lado estamos satisfechos del ranking alcanzado por el turismo de aventura ecuatoriano, y por otro lado manifestamos nuestra preocupación frente a los desafíos que tienen que tomarse de la manera más adecuada, para evitar tragedias como las que comentamos, ocurrida muy recientemente.

Siempre hemos creído en la potencialidad turística del Ecuador, y gracias al trabajo eficiente, sobre todo del sector privado, se está consiguiendo consolidarla.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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