LOS MÚLTIPLES AVISOS
El Tiempo
14 de abril de 2012
Hay un antiguo dicho que menciona que Dios da ojos a quienes no quieren ver y orejas a quienes no quieren oír. Parece que algo similar está ocurriendo con la mayor parte de la humanidad, y conste que no me estoy refiriendo tan solo a los gobernantes, sino en general a las poblaciones de los países, a nosotros los seres humanos en su conjunto.
Y la referencia tiene que vea a los múltiples avisos o síntomas que pueden percibirse respecto al estado de la salud de la tierra. A las permanentes catástrofes que en diversos puntos del planeta se observan y se sienten, a las sequías e inundaciones que se hacen cada vez más pronunciadas, así mismo en diferentes partes del globo terrestre.
Esos avisos, que reconfirman lo que ya muchos científicos, incluyendo aquellos a quienes se les encargó la misión de realizar estudios por parte de las Naciones Unidas, nos vienen diciendo respecto al calentamiento de la tierra, a la emisión de gases de efecto invernadero, a los llamados cambios climáticos.
Todo ello indica que, por supuesto, la población de la tierra es mucho mayor ahora que en los tiempos anteriores, pero también que estamos actuando de manera irresponsable, sin tomar en cuenta esos avisos, que continuamos contaminando, ejerciendo presión sobre los recursos naturales, e, inclusive, usándolos de manera boba, desperdiciando energía, desperdiciando elementos que pueden y deben ser rehusados.
Creo que hay una palabra clave en la que debemos pensar ya en cada momento de nuestra vida, y es el reciclaje, el rehuso de los materiales, la mayor parte de ellos pueden ser usados, por no decir todos, más de una vez, o tener múltiples usos, en diferentes formas.
Es pavoroso lo que se da por ejemplo con los alimentos, su desperdicio en hogares, en hoteles y restaurantes, llega a índices abismales, sobre todo en los países llamados del primer mundo. Y qué diremos del papel, del cartón, de los metales, de los plásticos.
No podemos ser sordos y ciegos y yo añadiría insensibles, ante lo que ocurre. Todos, en mayor o menor medida, tenemos un grado de responsabilidad. A abrir los ojos!.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.