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 MARCIANOS

La Hora

24 de septiembre de 2013

 

Se dice que más de doscientas mil personas se han inscrito ante una convocatoria que busca encontrar voluntarios para ser enviados a Marte.

 

El viaje al distante planeta será uno sin retorno. La empresa privada Mars One es la que hace el llamado, que puede parecer disparatado, sobre todo teniendo en cuenta que solamente han llegado a Marte robots, nunca un ser humano ha puesto la planta en este planeta, que aparece como un gran desierto, del que se desconoce muchísimo, pero en el que se dice que las temperaturas pueden ser extremas, no se sabe si hay oxígeno y tampoco si la vida podrá tener realización.

 

En todo caso este comentario va más bien encaminado a resaltar dos aspectos: Uno, el espíritu emprendedor de la gente, que decide correr riesgos, tal vez similares a los que se hizo gala cuando los expedicionarios acompañaron a Colón en el viaje que lo llevaría a recorrer el océano, sin saber lo que encontraría más allá, inclusive superando supersticiones y viejas consejas, y también cabe recordar el coraje de Orellana y sus compañeros, coraje que les llevaría a descubrir el Amazonas, el río más grande de la tierra.

 

El otro aspecto sobre el que quiero llamar la atención, es el que tal vez, entre quienes se inscriben, o al menos en algunos de ellos, lo que prima es la decepción de su vida en la tierra, el pensar tal vez que no hay futuro en el planeta, que ya todo se ha hecho y que por lo tanto se hace necesario el buscar nuevos horizontes, nuevas vidas.

 

Todo ello constituye un motivo de reflexión sobre las capacidades y las motivaciones de los seres humanos. El que haya tanta gente dispuesta a emprender un viaje sin retorno, con todas las incertidumbres imaginables, y algunas certezas respecto a las dificultades y a los peligros, llama la atención.

 

Eso cuando aún no se tiene una nave adecuada para la conducción de los primeros habitantes de Marte.

 

Seguramente las historias de marcianos, se pondrán a la orden del día.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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